El aprendizaje asociativo en el consumo de drogas involucra la asociación del reforzador (efectos de la droga) y el estímulo contextual. Estos elementos son fundamentales para la formación de la memoria en la adicción, y son un componente importante para el fenómeno de recaída disparada por el “craving”, aun cuando los pacientes tengan un largo periodo en abstinencia. Las regiones cerebrales que participan en la memoria de las adicciones son el área tegmental ventral, la amígdala, el hipocampo, la corteza prefrontal y el núcleo accumbens. Este último, se ha catalogado como el responsable para la conducta de búsqueda de la droga. El aprendizaje a la adicción promueve la activación transcripcional en el núcleo accumbes, mostrando a esta área como mediador para el mantenimiento de la memoria ante los efectos de la droga y las características contextuales.
Además de tener un código genético que incluye cuatro nucleótidos que forman nuestro ADN (adenina, timina, citosina y guanina), contamos con un “código epigenético”. Las modificaciones epigenéticas se refieren a los cambios inducidos en los cromosomas, principalmente en las histonas sin alterar directamente a los genes, ésto sucede cuando reacciones químicas como la metilación y la acetilación (entre otros sucesos), modifican la estructura de la cromatina y permiten o inhiben la transcripción genética, promoviendo la expresión de proteínas, enzimas, etc.