Tratamiento trastornos alimentarios
Se considera que los trastornos alimentarios (TCA: trastorno de la conducta alimentaria) poseen severas implicaciones neurológicas. Dichos trastornos tienen una relación estrecha con la secreción anómala de determinados neurotransmisores especialmente, se dan anomalías en la secreción de la serotonina (la cual se asocia también con la depresión y el desorden obsesivo-compulsivo), observándose disminución en el “turnover” de la noradrenalina cerebral y reducción en la actividad del sistema dopaminérgico, además de influencias negativas en algunos de los neuropéptidos que estimulan o reducen el apetito.
Los trastornos alimentarios son desórdenes con un fuerte componente psicológico ya que tienen su origen y afectan el estado anímico y conductual del individuo. Se ha observado que estos desórdenes tienen relación con los primeros modelos de amor en la infancia (es decir, familias adictas a algún tipo de sustancia y/o con padres que sufrieron problemas conductuales sujetos a la paradependencia, codependencia y coadicción). Usualmente, se confunden los términos relacionados con este tipo de enfermedad: la anorexia (tendencia a no alimentarse), la bulimia (alimentación compulsiva) y la ortorexia (tendencia a alimentarse sanamente de manera obsesiva).
En las personas que padecen de algún tipo específico de trastorno alimenticio se da una relación entre la comida y el afecto o la búsqueda de afecto compulsiva. En ese sentido, en el caso de la anorexia, se auto-agreden para llamar la atención, creyendo que el no comer está asociado a un mayor poder personal, enaltecimiento de la autoimagen y autodominio. Algunas investigaciones arrojan que las personas que desarrollan este tipo de trastornos vivieron traumas como abusos sexuales, físicos y verbales, o algún tipo de discriminación o desplome afectivo. De una u otra manera vivieron en la infancia con modelos de autoridad (padres autoritarios) experimentando de ellos intromisión, opresión, invalidación, crítica o abandono. Así, por el rechazo a la autoridad paterna, en ocasiones excesiva o tiránica, y llevados por una hipersensibilidad y mal manejo emocional, este tipo de enfermos se autoagreden para generar dolor y culpa en aquellos que consideran la fuente de su malestar.
Desde el punto de vista social, los trastornos alimentarios se abordan muy generalmente como la rivalización entre amigas(os) que compiten por ser como un modelo de cuerpo y/o por la conquista del sexo opuesto. Por ejemplo, la persona delgada o musculosa empieza a tener demanda social. Es buscada, cortejada, contagia al resto del grupo y promueve que los demás hagan y/o utilicen los mismos métodos o estrategias que le dieron resultado. Esta es sólo una de las causas y factores de riesgo de los trastornos alimenticios.
Nuestro enfoque Integral (BIO-PSICO-SOCIAL-ESPIRITUAL), permite realizar una intervención altamente efectiva en el tratamiento de los trastornos alimentarios.
En el área biológica se intervienen con técnicas de última generación a nivel terapéutico. MEDICINA ORTOMOLECULAR: se utilizan vitaminas, sales, minerales en un proceso de calor seco en sauna. Sus beneficios son fortalecimiento, revitalización y desintoxicación celular. ESTIMULACIÓN MAGNETICA TRASCRANEAL: Es una técnica no intrusiva que permite una repolarización a nivel neuronal, de esta forma estimula procesos de neuroplasticidad. ACUPUNTURA LASER: La aplicación de la acupuntura a través de láser es una nueva técnica que permite ofrecer un tratamiento de acupuntura indoloro y efectivo. Gracias a los avances en la medicina, actualmente se pueden estimular los puntos de energía a través del láser en lugar de con las agujas tradicionales. Ofrece todos los beneficios de la acupuntura tradicional. Se puede aplicar en trastornos depresivos, ansiedad, tabaquismo y otros trastornos adictivos.
Desde el punto de vista de la psiquiatría se debe hacer una valoración completa y un seguimiento regular para establecer si existe algún tipo de patología o de enfermedad mental y así poder aplicar el tratamiento específico según sea el criterio médico.
En el área psicológica se interviene a través de grupos terapéuticos para determinar rasgos y características de personalidad como factores de riesgo causales de la conducta adictiva. Se determina si la persona tiene un trastorno de personalidad como causal de la dependencia. Desde la consulta psicoterapéutica se ayuda a aliviar tensiones emocionales debido a que el paciente al identificar los rasgos de personalidad disfuncionales, puede modificar su relación consigo mismo y con el entorno. Del mismo modo se resaltan las herramientas con las que cuenta el paciente con el fin de aumentar autoestima y construir un auto concepto acertado y se brindan nuevas herramientas, de ser necesario, que ayuden a mejorar la calidad de vida.
En el área social se determinan factores de riesgo a nivel familiar y social. Se busca una reestructuración de la afectividad. Se analizan vínculos familiares disfuncionales con intervención con profesional en Trabajo Social.
En el área Espiritual se pretende una reestructuración de los valores adquiridos en proceso formativos como: familia, escuela, colegio, universidad, etc. Como hilos conductores del comportamiento. Se utilizan técnicas grupales de formación espiritual, logoterapia, oración, meditación y reflexión.
Este tipo de enfoque es denominado Enfoque Integral que es un manejo efectivo y completo para el tratamiento de las adicciones, los trastornos alimentarios y otro tipo de desórdenes mentales y emocionales. En la Clínica Función Futuro llevamos muchos años de experiencia aplicando este tipo de tratamientos, con resultados muy favorables. Este programa es diseñado por nosotros mismos y es el fruto de años de estudio y de investigación de todos los profesionales y miembros del equipo de la clínica.