En el contexto en el que estamos viviendo las drogas lícitas e ilícitas son parte de la cultura de los jóvenes, y por qué no decirlo, también de las generaciones mayores. En una “rumba” no puede faltar el licor y es común que los participantes toman en grandes cantidades para sentirse eufóricos y así poder romper el hielo social que muchas veces en sano juicio es imposible de lograr. De la mano con el alcohol también van otro tipo de drogas, como el cigarrillo, la marihuana y la cocaína, y en los últimos años un aumento vertiginoso de sustancias como el éxtasis y el 2CB. Pero en el diario vivir las drogas también están presentes como en los lugares de estudio y de trabajo, e incluso dentro del hogar. El uso de drogas también se puede dar para disminuir una sensación desagradable de la vida cotidiana y bajar la ansiedad. Es usado muchas veces para “dormir” las sensaciones negativas que el individuo no quiere sentir ni afrontar.
No todo individuo que consume drogas es un adicto, pero definitivamente el uso de drogas es el primer paso para caer en la adicción. De ahí la importancia de desarrollar herramientas que nos permitan hacer una detección temprana de cualquier tipo de consumo.
Desde nuestra experiencia hemos visto que la principal herramienta para prevenir la enfermedad de la adicción es una familia empapada en el tema. Los padres de familia deben tocar el tema de las drogas con sus hijos y no tener pena ni miedo al afrontar este tema. Deben conocer qué tipo de drogas existen y cuáles son sus manifestaciones.
En Función Futuro somos los promotores de la importancia de la aplicación de pruebas de detección de sustancias en orina de forma regular y aleatoria en todos los jóvenes a partir de los 13 años de edad. A diferencia de lo que muchos creen, el aplicar periódicamente las pruebas no conlleva un acto de desconfianza frente a sus hijos, sino es un acto de amor que puede prevenir caer en una enfermedad tan tenebrosa como es la adicción. Es un acto de amor responsable y así debe ser leído por toda la familia.
Hay algunas señales que nos pueden hacer sospechar que una persona esté consumiendo sustancias psicoactivas que pueden alertar a la familia. Algunas son:
- Ojos rojos.
- Pupilas muy grandes (midriasis) o muy pequeñas (miosis).
- Aliento extraño
- Disminución en la capacidad para fijar atención
- Aumento repentino del apetito
- Cambios de conducta como aislamiento
- Cambios del ánimo como marcada irritabilidad
- Disminución del rendimiento académico
- Pereza o apatía.
- Cambio de grupo de amigos
Frente a una sospecha de consumo es importante acudir a un profesional especialista en el tema. Es recomendable hacer una prueba de orina para comprobar el consumo. Entre más temprano se consulte es más grande la probabilidad de frenar una adicción y evitar otro tipo de problemas que conlleva el consumo. Es importante no recriminar al consumidor, pero si es importante asumir una postura firme frente al uso de drogas y el asistir a ayuda profesional.