Los antipsicóticos incluyen medicamentos que se utilizan para reducir o aliviar los síntomas de psicosis aguda, tales como alucinaciones, delirios, y lenguaje desorganizado o comportamiento, así como prevenir la recaída de los síntomas en pacientes con esquizofrenia.
Todos los antipsicóticos son aprobados por la FDA para el tratamiento de la esquizofrenia, y algunos están aprobados para el tratamiento de la manía bipolar o depresión.
La investigación apoya su uso para el tratamiento del trastorno esquizoafectivo en conjunto con estabilizadores del estado de ánimo, la depresión psicótica en conjunto con antidepresivos, y para el delirio (encefalopatía metabólica). Algunas investigaciones también sugieren que los antipsicóticos pueden ser útiles como estrategias de aumento en manejo de la ansiedad severa, estado de ánimo y trastornos de personalidad. Debido a que aproximadamente el 50 por ciento de los pacientes con trastornos psicóticos concomitan con trastornos por uso de sustancias, estos medicamentos se utilizan con mucha frecuencia en el contexto de la adicción.
En 1952, la clorpromazina (Thorazine) se observó por casualidad para reducir síntomas de psicosis, mientras que se utilizaba para tratar problemas cardíacos. Ensayos controlados con placebo demostraron que era efectiva. Durante los siguientes treinta años, trece otros antipsicóticos, ahora denominados los “antipsicóticos típicos,” con diferentes efectos secundarios, pero igualmente eficaces para reducir la psicosis, se han desarrollado. A partir de 1990, se desarrollaron siete antipsicóticos con perfiles farmacológicos más amplios y los denominados “atípicos”. Los investigadores ahora entienden que los medicamentos antipsicóticos parecen ser eficaces cuando bloquean los receptores postsinápticos de dopamina 2 (D2),en las regiones de la corteza y límbicas frontales del cerebro en un 60 por ciento a 80 por ciento.
En los niveles más altos de bloqueo D2, pueden ocurrir efectos secundarios neurológicos incómodos. Estos medicamentos tienen otros efectos de los neurotransmisores que se relacionan con sus efectos secundarios. Los seis medicamentos antipsicóticos atípicos más recientemente desarrollados tienen múltiples mecanismos farmacológicos, pero su acción antipsicótica primaria se cree que ocurre principalmente a través de bloqueo serotoninérgico además de efectos dopaminérgicos.